
Acabo de ver una entrevista con Homero Reis, autor del libro “Blanca Nieves y los Sistemas de Gestión”. Entre provocaciones y metáforas, algo me llamó la atención: la verdadera historia de Blanca Nieves no trata sobre la princesa… trata sobre la madrastra y el espejo.
Cada día, la madrastra le pregunta al espejo:
“Espejito, espejito… ¿hay alguien más bella que yo?”
Mientras la respuesta sea NO, todo fluye en paz. Pero cuando el espejo se atreve a decir que SÍ, que Blanca Nieves ahora ocupa el trono de la belleza… la madrastra se transforma:
- Se convierte en bruja.
- Pierde el control.
- Contrata a un cazador.
- Siembra el terror en el reino.
Ahora, cambia el cuento por la vida real. Cambia a la madrastra por el líder. Cambia el espejo por la crítica. Y responde con honestidad: ¿en quién te conviertes cuando te contradicen?
La mayoría de las personas no están preparadas para enfrentar la verdad cuando hiere su ego. La reacción inmediata es defensiva: negar, descalificar, castigar. Los líderes inseguros confunden feedback con ataque. Cuando oyen una opinión contraria, activan el modo madrastra: destruyen el espejo… y a cualquiera que se refleje en él.
- ¿Cuántos líderes has visto usar su autoridad para silenciar, castigar o aislar a alguien solo por ser contradichos?
- ¿Cuántas veces has descartado una crítica solo porque dolió?
- ¿Cuántas veces usaste tus “pequeños poderes” contra alguien?
El espejo no es el enemigo. No crea la verdad. Solo la refleja. La madurez de un líder –o de cualquiera que tenga influencia– se mide por su capacidad de mirar al espejo sin necesidad de romperlo.
Quien de verdad quiere crecer, necesita espejos honestos a su alrededor:
- Personas que desafíen tu visión.
- Retroalimentaciones que no vengan envueltas en elogios vacíos.
- Verdades que duelen, pero liberan.
¿Quieres escuchar solo que eres el más bello del reino… o estás listo para ser alguien mejor?
A todos nos gusta mirarnos en el espejo. Pocos aceptan lo que ven cuando el reflejo no es lo que esperaban.
Sé el tipo de líder que escucha al espejo – y crece con él. No el tipo que se convierte en bruja.
El reino te lo agradecerá.
Eso es todo.
Muy buen enfoque el que les das al cuento y a la forma de afrontar las críticas, la verdad. Cuesta, pero todo se entrena. Lo primero es ser conscientes de que estamos en continuo crecimiento y querer mejorar. Si no, rompemos el espejo y listo.