
Crecer tiene un precio, pero no crecer te costará aún más en el futuro. La elección es simple y tienes dos opciones:
- Pagar el precio del esfuerzo, del aprendizaje y de la exposición.
- Pagar el precio del estancamiento.
La decisión es tuya. Puedes optar por no actuar ahora, pero en algún momento mirarás hacia atrás y te darás cuenta de que el miedo ganó.
Para invertir en crecimiento necesitas coraje para tomar el control y adoptar una mentalidad de liderazgo. Pero liderar no es fácil, y no es para todos. Como mínimo, tendrás que:
- Enfrentar conversaciones difíciles, sin evitarlas.
- Tomar decisiones impopulares porque crees en lo correcto.
- Sacrificar el presente por un futuro mejor.
El crecimiento te exigirá noches sin dormir, errores a la vista de todos y una buena parte de tu querido ego.
¿Y el costo de no crecer? Al principio es casi imperceptible, pero créeme, está ahí – acumulándose y creciendo – hasta convertirse en un arrepentimiento imborrable.
¿Qué precio estás dispuesto a pagar? Haz tu elección.
Eso es todo.