Crecer o no crecer. Esa es la cuestión

Crecer tiene un precio, pero no crecer te costará aún más en el futuro. La elección es simple y tienes dos opciones:

  1. Pagar el precio del esfuerzo, del aprendizaje y de la exposición.
  2. Pagar el precio del estancamiento.

La decisión es tuya. Puedes optar por no actuar ahora, pero en algún momento mirarás hacia atrás y te darás cuenta de que el miedo ganó.

Para invertir en crecimiento necesitas coraje para tomar el control y adoptar una mentalidad de liderazgo. Pero liderar no es fácil, y no es para todos. Como mínimo, tendrás que:

  • Enfrentar conversaciones difíciles, sin evitarlas.
  • Tomar decisiones impopulares porque crees en lo correcto.
  • Sacrificar el presente por un futuro mejor.

El crecimiento te exigirá noches sin dormir, errores a la vista de todos y una buena parte de tu querido ego.

¿Y el costo de no crecer? Al principio es casi imperceptible, pero créeme, está ahí – acumulándose y creciendo – hasta convertirse en un arrepentimiento imborrable.

¿Qué precio estás dispuesto a pagar? Haz tu elección.

Eso es todo.

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